Ella teje sentada con un ojo en la labor, otro en su primer pequeño. Su nido habitado nuevamente debe ser cuidado con mucho esmero ya que es frágil, las ramas con las que está construido son finas.
El hacedor la mima, la cuida, la protege...como en esas rarezas de la naturaleza, ellos son felices.
La Curucasa será más grande.
2 comentarios:
Se aprovechan de mi estado para ponerme lacrimosa...
Te extraño amiga...quizás en breve ande por allá. Ando dispensiosa en viajes, total...algún culo sangrará.
No sabés lo que deseo acompañarte un poco aunque sea.
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